El JW Marriott El Convento Cusco se alza como un tesoro arquitectónico y cultural en pleno corazón de Cusco, una ciudad emblemática de Perú. Construido sobre un convento del siglo XVI, el hotel no sólo ofrece lujo, sino una profunda conexión con la historia y la cultura milenaria. Según Marcela Steffens, gerente general del hotel, cada rincón de esta edificación cuenta una etapa de la historia, desde vestigios preincaicos e incaicos hasta reliquias coloniales y republicanas.
Uno de los mayores atractivos del hotel es su capacidad para fusionar historia y modernidad. Durante la construcción, se encontraron ruinas preincas, lo que detuvo las obras y transformó al hotel en un museo viviente, un verdadero tesoro. Los huéspedes pueden vivir una experiencia inigualable en el “Recorrido del Monje”, dirigidos por un guía del hotel vestido con un hábito, como en la época colonial, y quien va contando fascinantes historias de cada sala y pasillo.
Cusco, como destino, está impregnado de una energía especial, algo que los huéspedes perciben desde que cruzan el umbral del hotel. «Es un lugar lleno de misticismo, es energía, es realmente trascendente, es legado. Y cuando tú entras al hotel, te conectas enseguida, hay una energía diferente, pero lo lindo es que cada una de las personas que trabajan en el hotel, o están en Cusco, transmiten eso», resalta Steffens, destacando la profunda conexión de los colaboradores del hotel con su cultura, que se refleja no sólo en el servicio al cliente, sino en la ambientación y las experiencias que ofrece el hotel.
El JW Marriott El Convento Cusco ha llevado las experiencias culturales a un alto nivel, como el pago a la tierra, ceremonias de ofrenda a la pachamama en las que participan los huéspedes y resultan momentos maravillosos, mágicos, de gratitud, donde las personas se conectan con la tradición y también con ellos mismos. «Más que un viaje de turismo, es un viaje al interior de cada uno, realmente, y eso hace que Cusco sea diferente y el hotel como tal», relató con mucho entusiasmo la gerente general del hotel.
También, el hotel brinda una serie de experiencias en relación al turismo de bienestar y se programan durante una serie de actividades que resultan muy atractivas para los huéspedes. «Una de nuestras activaciones, por ejemplo, que tenemos 2 a 3 veces por semana, son las clases de yoga. Tenemos Spa con zonas húmedas que son espectaculares, terapias, todo rodeado de un ambiente con sonidos andinos. Hay una que se llama Ofrenda, que es como una terapia de chocolate, otra que es de oro, todo inspirado en nuestra historia inca y al mismo tiempo llevando a la persona a la desconexión, que salga renovado no sólo físicamente, sino espiritualmente», detalló Marcela Steffen.
En relación a las 153 habitaciones, tienen una particularidad muy especial e importante en una ciudad de altura, y es que es el único hotel en Cusco en el que todas sus habitaciones tienen oxígeno suplementario. Esta innovación permite que los huéspedes se aclimaten más rápido, y así puedan disfrutar plenamente de sus actividades sin necesidad de largas pausas. Este detalle subraya el compromiso del hotel por ofrecer una experiencia confortable y memorable.
La sostenibilidad es un pilar fundamental para el JW Marriott El Convento Cusco, por lo que Marcela Steffens subraya la importancia de prácticas responsables con el medio ambiente y las comunidades locales, algo que se ha convertido en un estándar de toda la cadena hotelera.
El impacto social de la cadena Marriott se extiende a través de iniciativas que involucran a las comunidades locales, como la instalación de agua potable en una escuela en Maras o la organización de subastas de arte, cuyos fondos benefician a niños de fundaciones. Estas acciones no sólo fortalecen los lazos con la comunidad, sino que también integran a los huéspedes en experiencias más profundas y significativas.
Antes de culminar la entrevista exclusiva brindada a Infotur Latam, Marcela Steffen destacó que dentro de la cadena lo que más resalta es lo siguiente: «La cultura de Marriott International tiene algo que a mí me encanta, y que parte de este principio: ‘cuida de tus asociados, que tus asociados cuidarán de tus huéspedes y tus huéspedes volverán’. De ahí parte todo, de cuidar. Segundo, ya como hotel, más allá de un viaje turístico, es una experiencia que te recarga cuerpo, alma y mente. Tener todo en un lugar, es todo».
El JW Marriott El Convento Cusco ofrece mucho más que una estadía de lujo. Ofrece una experiencia transformadora que conecta a los viajeros con la rica historia y cultura local.
Por: Carlos Bernuy
INFOTUR LATAM
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