Pensar en Cuba es para algunos imaginar la ciudad de La Habana, con su arquitectura detenida en el tiempo, o las playas de Varadero, con su arena blanca mojándose en el mar turquesa. Para otros será evocar la influencia musical que esta isla caribeña ha tenido en el mundo o, incluso, repasar la personalidad tan hospitalaria y auténtica que tienen los cubanos y cubanas.
Ubicado en la provincia de Ciego de Ávila, Jardines del Rey se ha convertido en el cuarto destino preferido de Cuba gracias a sus 40 km de mar idílico y a su desarrollada infraestructura hotelera. Sin embargo, en nuestra visita a los cayos que conforman este polo turístico, descubrimos otros encantos que alberga este destino
Sin embargo, aún son pocas las personas que piensan en Cuba como un destino de lagunas y mangles, de criaderos de cocodrilos y delfinarios que albergan animales rescatados, de fincas o ranchos que funcionan con maquinaria fabricada a mediados del siglo XX y de cultivos agrícolas que no saben de abonos industriales ni de agrotóxicos.
Todo esto se puede apreciar en diversas provincias de Cuba, pero esta vez llegamos a Ciego de Ávila y sus Jardines del Rey, zona que se ha convertido en un polo turístico gracias a sus aguas de color esmeralda que parecen postales oníricas.
Jardines del Rey es el cuarto destino cubano preferido y está conformado por cayos o pequeñas islas conectadas a la isla por un pedraplén o camino artificial construido en medio del mar. Allí se ubican los cayos Coco, Guillermo, Paredón Grande y Cayo Chico.
MANGLARES, COCODRILOS Y DELFINES
Y es también una zona favorecida por la naturaleza. A solo unos kilómetros de Jardines del Rey pudimos visitar la laguna La Redonda y hacer un paseo náutico para conocer los manglares y una vasta vegetación conformada principalmente por palmeras, árboles frutales, bromelias y orquídeas, además de las diversas aves como pájaros carpinteros, garzas, gallinazos y varias aves endémicas.
Cerca de allí también se encuentra el criadero de cocodrilos, donde nos enteramos que la población del cocodrilo cubano (la especie endémica de la isla) está disminuyendo debido a la invasión cada vez mayor de la especie americana. Se sabe que este, debido a su facilidad para nadar en aguas saladas, llega a la isla en busca de alimento y se está reproduciendo con las hembras de la especie cubana, lo que está generando una población de cocodrilos híbridos que va en aumento.
Otro de los atractivos que promueve Jardines del Rey es el Delfinario de Cayo Coco, creado en 2019. Cuenta con dos delfines: una hembra rescatada luego de haber sufrido el ataque de un tiburón, y su hijo nacido en cautiverio. Ambos con una inteligencia extraordinaria.
Uno de los lugares donde pudimos acercarnos más a la esencia de Cuba fue en el sitio La Güira, un lugar que conserva no solo la historia y costumbres de los primeros habitantes de esta región sino la calidez de los guajiros o campesinos cubanos.
Allí nos recibió Joaquín Reynaldo Abreu, el “Tío Rey”, quien nos invitó a conocer las instalaciones de su bohío en el Rancho del Tío, un lugar extrahotelero donde los visitantes de los cayos también pueden hospedarse. En este lugar se disfruta de la exquisita comida criolla y de la fiesta campesina o guateque.
La visita a otras fincas y estancias, como el Rancho Palma, también fue bastante ilustrativa respecto a las formas tradicionales y sostenibles en que se maneja la producción agrícola (libre de agrotóxicos y con abonos completamente orgánicos) y la ganadería (a baja escala y con alimentación natural). Fue sorprendente ver que tractores extintos en otras partes del mundo aún siguen funcionando en Cuba.
Sin duda, visitar esta costa central norte de Cuba es una experiencia de naturaleza y aprendizaje que recomendamos.
EL DATO
Para llegar a Jardines del Rey desde los países de América Latina, se puede tomar un vuelo hasta el aeropuerto Abel Santa María, de Villa Clara (Copa Airlines vuela a esa ciudad previa conexión en Panamá), y luego ir 4 horas por tierra hasta Jardines del Rey, o llegar al aeropuerto de Cayo Coco con un vuelo local desde La Habana.
Texto y fotos: Claudia Ugarte
INFOTUR LATAM
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